miércoles, febrero 22, 2006
Sorpresa
Mi mamá no estaba muy convencida de permitir que se publicara este cuento. Pero de todos modos ella me lo contó. Sin más detalles
viernes, febrero 17, 2006
El poder de la palabra II
Mi mamá, por aquello de votar por el frente nacional, de acuerdo con las instrucciones recibidas de su partido, iba a dar su voto por el conservador Misael Pastrana Borrero. Esto fue en las elecciones de 1970 donde el gobierno del liberal Carlos Lleras Restrepo le robó las elecciones del 19 de abril a la Anapo. Por ese fraude mayúsculo se creó el movimiento guerrillero M-19.
Mi papá, ultra conservador pero en contra de los Pastrana no iba a votar por nadie y al saber que mi mamá sí lo iba a hacer le dijo "Se le va a pudrir el dedo". Como conté antes, fueron palabras premonitorias. El dedo sufrió un absceso y perdió la uña.
Aunque en realidad la historia fue diferente, el poder de la palabra se confirma con esta nueva versión, la cual verifiqué con la protagonista. Mi mamá me autorizó a dejar la versión tal como la había escrito pero, en busca de la verdad, dejo las dos.
El poder de la palabra
Hace muchos años en Colombia se solía marcar a los votantes en elecciones. Se les ordenaba introducir el dedo índice derecho en tinta indeleble para evitar el fraude, que votaran después en otra mesa. A finales de los 80 se abolió esa práctica pensando que la tecnología evitaría dichos engaños. La tinta acaba de ser ordenada de nuevo, los humanos estamos por encima de cualquier tecnología.
Después del asesinato de Gaitán, los gobiernos conservadores tiránicos de Mariano Ospina Pérez y Laureano Gómez y el gobierno militar, se llegó a un acuerdo entre los partidos liberal y conservador para repartirse la presidencia, por turnos, durante cuatro periodos. Eso se llamó el Frente Nacional. Pues en las elecciones de 1962 los votantes liberales recibieron la instrucción de votar por el candidato conservador. Mi mamá, liberal acérrima desde pequeña cuando su casa quedaba frente al parque Uribe de Armenia, sede de las congregaciones liberales, estaba reacia a votar por un godo. Pero la disciplina de partido pudo más que las convicciones y depositó su voto como se le había ordenado, no sin antes lanzar una de esas frase premonitorias: "Si este gobierno sale malo, que se me pudra el dedo". Se refería al índice derecho manchado por la tinta delatora.
Mi mamá conserva su dedo traidor pero después de la votación se infectó de manera horrible; antibióticos y drenajes fueron necesarios para contrarrestar la "podredumbre del dedo" vaticinada por ella. Se puede descubrir que mi mamá posee una de esas percepciones extrasensoriales y anticipatorias que dan miedo. El gobierno de Valencia fue un desastre.
lunes, febrero 13, 2006
La Dorada
Mi mamá llegó a
Cuando mi mamá entro a trabajar en el banco no conocía lo que era un cheque porque en su casa nunca se vio un papel de ese estilo. Llegó precisamente al área de extractos. Debía registrar en un libro cada uno de los movimientos del día anterior. Siempre mantuvo cierta distancia con sus compañeros de trabajo y por eso los hombres siempre la llamaban Señorita Amalia o Doña Amalia. Hizo un trabajo tan eficiente que el Gerente del Banco la encomendó la organización de su archivo personal, papeles confidenciales ya que no estaba conforme como se manejaba antes.
Cuando se retiró del Banco para casarse le aumentaron el sueldo para que sus cesantías, retroactivas en esas épocas, fueran mejores. Antes de retirarse tenía la posibilidad de ser trasladada a Bogotá para que estudiara. Pero no se dio, eligió el matrimonio y yo no estaría escribiendo esto ahora si otra hubiera sido la decisión.
viernes, febrero 10, 2006
Bajo el signo capricornio
Mi mamá cuenta que la primera vez que estuvieron en cine fue cuando en una ocasión Laura y Darío la invitaron a ver "Bajo el signo capricornio" y los acompañaba Hernando Hoyos. De camino al teatro se encontraron con mi papá y Hernando lo invitó a ir con ellos. También iban dos sobrinas de Darío.
Supuestamente mi papá salía al día siguiente para Samaná a visitar a sus papás, Don Pacho y Doña Rosa. Pero no hubo tal. Al día siguiente estaba haciéndole visita a mi mamá y la encontró haciendo oficio.
El encuentro en cine ocurrió el 30 de noviembre de 1951. Se casaron el 8 de mayo de 1952. Luego les cuento lo del matrimonio ultrarrápido.
miércoles, febrero 08, 2006
En bicicleta
Escuchar los cuentos de mi mamá implica en innumerables ocasiones saber cosas de mi papá. Cuando uno se casa, la historia viene a ser una especie de fábula conjunta, creación colectiva.
Mi papá estuvo tras de mi mamá por muchos años. Mi tía abuela (la abuelita Laura) y su esposo (Darío), mi mamá vivía con ellos en
Una vez mi papá iba en bicicleta y pasó cerca de mi mamá. Tal vez el encuentro no fue casual sino uno de tantos que pudo forzar mi papá cuando estaba tras ella. En fin, por andarla mirando, tan bonita que era ella, no se percató que la bicicleta cambiaba de rumbo y terminó estrellado contra un árbol.
Parece mentira, pero es la verdad. No es una confabulación causada por los años. Nuestras vidas están llenas de escenas cinematográficas y a veces se nos pasan por estar leyendo los subtítulos.
martes, febrero 07, 2006
Castigos voluntarios
Mi mamá "sufría" el castigo de la lectura. y cuando puede se sigue autoinflingiendo ese maravilloso castigo.